sábado, 25 de abril de 2015

Todo no fueron llantos.

En mi primaria, todo no fueron llantos. Los seis años no estuve llorando, si hubiese seguido llorando me hubiese reído de mi misma porque eso es una barbaridad. Recuerdo que en primero de primaria cuando no lloraba la maestra me ponía una nota diciendo que no había llorado y mis compañeros me aplaudían, ahora esta situación me resulta muy vergonzosa, ahora la vergüenza que me da pensar en esa situación no es normal.

Los maestros que recordaba, recuerdo y recordaré siempre, como dije en una entrada anterior, son María del Mar. Ella fue también un pilar fundamental en mi vida, porque ella hacía que los días fuesen más cortos y que los malos momentos que pasaba, no fuesen tan malos. De ella me acuerdo bastante aunque yo solo tuviera 6 añitos, la recuerdo como el primer día aunque su cara no la recuerdo del todo bien pero de sus hechos me acuerdo de todo. Me encantaba como nos enseñaba las letras del abecedario, cada día al llegar a clase había una letra diferente con un dibujo en la pizarra. Era maravillosa.

Otro maestro para recordar, es Nacho. Un maestro que vale mucho y hace que todos los niños estén deseando que llegue la hora de música porque es la hora más divertida que podíamos tener. Cada día hacíamos algo diferente, lo que más recuerdo es un día que en parejas teníamos que prepararnos una canción y después cantarla delante de él y de nuestros demás compañeros. Seré tímida pero en esos momentos la timidez fue algo insignificante porque este maestro da tal confianza que la timidez desaparece.
Qué suerte tuve de tenerte de maestro, Nacho.
Música como estilo de vida.
Y por último y no menos importante, la maestra Maribel. Ella hacía las clases de  inglés más amenas y para decir cosas de ella sobran las palabras. Simplemente es única.

Y con esta foto cierro mi etapa educativa de primaria.
BONITOS RECUERDOS.

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