Cuando
Gregor Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se
encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto. Desde esa mañana
que sufrió la transformación, ninguna persona de su familia lo quería ayudar,
incluso su jefe cuando lo vio acabó huyendo de él lo que hizo que Gregor se
encerrara en su habitación.
Un día
escuchó un ruido, se trataba del cierre de la manivela de su habitación, se
escondió debajo de sus sábanas, esperando que fuese alguien de su familia y que
pronto se marcharía. Cuando escuchó la puerta cerrarse, Gregor se asomó por
debajo de las sábanas descubriendo a alguien desconocido entrando en su
habitación.
Gregor
sentía que alguien se acercaba donde él estaba, hasta que de repente notó que
le estaban quitando de encima las sábanas donde solía estar. Cuando estaba
completamente destapado, se dio cuenta que era un chico de dieciocho años, alto
y moreno. Los dos se quedaron mirando sorprendidos hasta que uno de ellos
decidió hablar.
-¿Quién
eres?, ¿cómo has llegado hasta aquí?- le pregunta Gregor asustado.
-Me llamo
Hansel y me colé por la puerta del patio- respondió el chico.
Ambos
empezaron a hablar, primero tímidos pero poco a poco, Gregor comenzó a hablarle
de su trabajo, de sus viajes, de las
cosas que había visto, etc. El muchacho le contó que le encantaría poder ver el
mundo y poder viajar. Poco a poco, fueron cogiendo confianza y se hicieron
amigos muy rápido, incluso Hansel convenció a Gregor para que recuperara su
trabajo y continuara viajando. Gregor no se mostró muy convencido hasta que
Hansel se ofreció para acompañarlo en cada uno de sus viajes.
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