En mi colegio, había clases de colores, es decir, la puerta de cada clase que compone este colegio son cada una de un color. No sé cómo pero descubrí que la mía era la amarilla y desde ahí decía que mi color favorito era el amarillo, no se por qué, porque a mí ir al cole no me gustaba. Y ya que hablamos del color amarillo, antes de subir a clase, había una línea amarilla donde nos teníamos que poner mis compañeros y yo para subir a clase, según dice mi madre, yo tenía que esperar a una amiga para subir con ella de la mano porque sino no quería subir, sin ella no iba a entrar.
Recuerdo que lloré desde el primer día hasta el último, era una llorona. Mi madre dice que cuando salía al recreo paraba de llorar y cuando eran los carnavales o alguna fiesta no lloraba, yo creo que me iba la marcha porque lloraba cuando estaba en clase pero en las fiestas no. También recuerdo que estábamos un grupo de amigas que no nos separábamos nunca y si nos separamos, fue porque algunas se tuvieron que ir a otro colegio o algo así que no recuerdo bien.
Por último y lo más importante, es la seño que tuve. Se llama Mari Carmen, una persona muy importante en mi vida que supo cuidarme como nadie y aguantar todos mis llantos, supo calmarme y que me sintiese protegida en sus brazos. A ella la sigo conservando, sigo teniéndola a mi lado para lo que necesite y le tengo un gran cariño. Cada vez que la veo, mis dos besos se los lleva y de su boca siempre sale "Saray, cuando necesites algo me llamas". Ella era, es y será para toda la vida mi seño Mari Carmen.
Pero esto no acabó aquí, continuará...
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