Lo que descubrimos hablando todos los días es que tenemos muchas cosas en común, como por ejemplo, nuestros gustos musicales. Poco a poco, íbamos cogiéndonos confianza y nos dimos cuenta de que podríamos llegar a ser muy buenas amigas. Esto pasó más o menos hace un año y medio en primavera y ese año coincidió de que Aida se iba mucho a Granada a casa de su hermana y no podíamos vernos tanto. Todas las veces que bajaba al pueblo quedábamos para ir a la playa, tomar algo, etc.
Todo esto se convirtió en una rutina diaria, desde ese momento hemos vivido tanto momentos buenos como malos pero siempre hemos permanecido juntas.
Recuerdo que como yo era muy tímida, Aida me dijo que como iba a empezar 2º de bachiller en el Nazarí, que me sentara con ella, ya que yo no sabía con quién iba a caer en clase. Ella me preguntó los motivos por los que no pude estudiar ese año y el por qué me cambiaba de instituto, le conté brevemente lo que me ocurrió.
Al comenzar el instituto, como damos las mismas asignaturas, estamos en la misma clase y nos sentamos juntas, hasta día de hoy me alegro mucho de haberla conocido, porque somos tal para cual.
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