En un momento he querido retroceder en el tiempo y pensar en los momentos que viví en mi infancia, al recordar no he podido evitar sentir una cierta nostalgia. Tengo que reconocer que una de las etapas más felices de mi vida ha sido la de mi infancia, porque no existían responsabilidades, ni presiones, ni agobios, ni prisas, y el tiempo parecía ir más despacio que ahora.La etapa de mi niñez fue muy entrañable, rodeada del cariño y protección de mi familia; y el juego era algo esencial en mi vida, como es normal en una niña pequeña.
Lo que más recuerdo es cuando nos reuníamos mi familia y yo en la puerta de mi casa y empezábamos a contar chistes y cuentos, la gracia es que yo no pillaba ningún chiste y me reía de ver a los demás reírse, y en el caso de los cuentos, los cuentos que yo contaba eran interminables, mi imaginación no tenía fin, mis familiares me tenían que decir algo para que parase ya de contar ese cuento lleno de imaginación y a la vez realidad en mi mundo infantil.
Yo creo que todos, en nuestro tiempo libre, nos hemos puesto a ver fotos de cuando eramos pequeños y hemos querido retroceder en el tiempo para vivir cada uno de esos momentos y esos sentimientos que sentíamos, volverlos a sentir de nuevo y vivir esos tiempos en nuestra memoria.
Hay algunos momentos que recordamos con mayor felicidad y otros no tanto, pero lo importante es recordar que esos momentos formaron parte de nuestra vida. Algunos de esos malos momentos, pueden ser errores que cometimos en el pasado y a veces nos vienen a la memoria como un jarro de agua fría, pero hay que dejar los errores del pasado como algo que en un presente y en un futuro podemos dejar de cometer, como se dice "de los errores se aprende".
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